Si tenéis perros o gatos por casa y os da por ponerlos ante un espejo veréis que no dan señales de auto-reconocerse. Más bien pasan de todo o muestran cierto nerviosismo, como si se encontraran frente a otro individuo.Durante un tiempo se pensó que el ser humano era el único animal capaz de reconocerse ante su imagen reflejada en un espejo. Hoy se sabe que otro primate, el chimpancé (pan troglodytes), comparte esa capacidad con nuestra especie. En la imagen que os adjunto aparece un breve texto que explica uno de los curiosos experimentos realizados para investigar esta cuestión. Hay que destacar que la capacidad de auto-reconocimiento aparece durante el crecimiento del chimpancé, aproximadamente hacia los dos años de edad; antes, al igual que en otras especies, el animal demuestra perplejidad, e incluso reacción de huida, como frente a un enemigo potencial.
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