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Los trabajadores españoles pagan las cagarrutas colgantes tóxicas de Miquel Barceló en la ONU

Al aplicar los 35.000 kilos de pigmentos del Sr. Kremer, la máscara antitóxica resultó imprescindible.

El artista en pleno proceso de elaboración de una de las cagarrutas colgantes.
Decenas de millones de euros ha costado la actuación de Miquel Barceló en la sede de la ONU en Suiza. El Estado español, en un alarde de transparencia democrática, no ha desvelado el coste del montaje, aunque sí se sabe que el 40% del total se pagará con los impuestos de los trabajadores/contribuyentes españoles.
A continuación, unas cuantas informaciones relacionadas con esta noticia, extraidas de diversas fuentes en la red:
El reto era llenar ese planeta-mar-cueva-nave con muchos tonos distintos. "Nunca había utilizado tantos colores juntos a la vez. Hay cinco azules, cuatro amarillos, algunos kilos de lapislázuli, y no hay tierras ni grises... Todos están usados en su máxima intensidad; es decir, no tienen blanco mezclado. El señor Kremer, el gran marchante europeo de pigmentos, nos ayudó mucho. Tiramos 35.000 kilos de pintura, 21.000 de ellos en sólo dos días".
La fase final fue muchísimo más rápida que la inicial. El diario de a bordo pasa de unas páginas depresivas, melancólicas o rutinarias (el gorila en la cama, varios peces planos en el mar...) a una explosión de formas y retratos: el pintor, en su taller; Star-Trek y el gorila, en la cueva. "Tras haber comprobado que las primeras intuiciones funcionaban, forramos la cúpula con telas para hacer pruebas de color, pero con las pistolas quedaba ridículo. Hacía falta una segunda capa mucho más abundante". El 8 de abril, Barceló anota: "Pintura demasiado líquida". Decide echar una capa verdosa a toda la superficie. El 19 y 20 de abril añade eufórico: "Airless. 100 kilos de azul, 100 de ultramar, 100 de rojo". El 21: "500 kilos al día". El 22 de abril: "Casi acabado el fondo".
Una raya terrorífica aparece entonces en el diario: el mono se ha puesto la escafandra, un toro con un enorme par de testículos surge en el bestiario. Otra intuición de Barceló está a punto de rematar la obra por la vía rápida: "Se me ocurrió que para representar el mar con marejadilla, para hacer la espuma y su reflejo, necesitábamos escupir más pintura y con una manguera mucho más grande".
La solución fue un gigantesco camión compresor, llamado Scavi, "el mismo que inyectó el cemento en la obra del túnel del Mont Blanc". Hicieron falta cinco o seis personas para sujetar la enorme manguera. "Prefiero no pensar que pueda ir mal", escribe en el diario. El 25 de mayo apunta: "Tan cansado que no puedo escribir. Primer día Scavi".
En el vídeo se le ve solo, apuntando al techo la enorme boca de la bomba, como el trabajador de una plataforma petrolífera, mientras los ayudantes soportan a duras penas los coletazos desde abajo. La manguera chupa la pintura desde unos gigantescos cubos de plástico situados a pie de calle; Barceló, como un Jimi Hendrix con convulsiones, la escupe con su arma de matar fascistas. "Como un elefante de hierro loco por la trompa", escribe.
"Tiramos 21.000 kilos de pintura. Scavi podía haber fallado, pero funcionó. Lo realmente difícil fue parar a tiempo. Tenía muchas ganas de seguir jugando con la máquina. Pero no hacía falta más. Por suerte, me paré a tiempo". Fue el 28 de mayo: "Se acabó con la gran máquina".
Su coste, una incógnita
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, no ha querido desvelar el coste de la cúpula que sufraga España porque "el arte no tiene precio" aunque ha precisado que el 40% lo aporta el Estado y el resto, empresas privadas.
El arte no tiene precio"Es de necios confundir valor y precio", ha subrayado Moratinos durante la rueda de prensa en la que el pintor y él han explicado el proyecto realizado a lo largo de 13 meses para la cúpula de la Sala XX del Palacio de las Naciones de Ginebra y que inaugurarán los Reyes el próximo día 18 junto al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
"La obra tiene una parte de ingeniería. España está contribuyendo a la reforma del Palacio de Naciones, como todos los países. La aportación de España es la suficiente para que todos nos sintamos orgullosos", ha aclarado Moratinos, que ante la insistencia de los periodistas ha precisado que el sector público ha aportado el 40% y el privado el resto.

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