Un estudio científico realizado en el Hospital Materno Infantil de Zaragoza.
Constata algo que hace muchos años ya se sabía pero ahora es una especie de tabú.
La noticia no tendrá mucha difusión, aquí la podéis leer:
Alrededor de 600 bebés nacen cada año en Aragón sin haber conseguido en el útero ni el peso ni la talla que debieran --es lo que los expertos denominan crecimiento intrauterino restringido--, una cifra que se ha doblado desde principios de los noventa hasta la actualidad por motivos "directamente relacionados" con las condiciones de vida de la madre".
Según informó el jefe de servicio de Pediatría del Hospital Materno Infantil Miguel Servet de Zaragoza, Ángel Ferrández Longás, en una rueda de prensa, el feto detecta todo lo que le pasa a la madre, y lo sufre. El doctor dirigió una investigación multidisciplinar sobre los niños PEG, desarrollada por investigadores del Hospital Materno Infantil del Hospital Universitario Miguel Servet y de la Fundación Andrea Prader, que se publicó en la revista Pediatric Endocrinology Reviews.
El estudio concluye que determinadas causas relacionadas con el incremento de porcentaje de niños PEG se pueden evitar, y la primera de ellas es el tabaco. "La madre gestante no puede fumar y tampoco se puede fumar delante de ella", aseveró el doctor Ferrández, que explicó que las madres fumadoras activas o pasivas tienen cinco veces más posibilidades de tener un bebé PEG que las no fumadoras.
Aunque no todas las gestantes que fuman activa o pasivamente tienen niños PEG, el hecho de fumar conlleva ese riesgo. Otra de las causas evitables se refiere al número de horas que trabaja la madre gestante, sobre todo si la mayoría de la jornada se realiza de pie, y al estrés, según explicó la psicóloga de la Fundación Andrea Prader Beatriz Puga.
DAÑOS A LA PLACENTA
Además, la médico del área de genética del Miguel Servet Maria Teresa Calvo informó de que ante los daños que sufre la placenta --que presenta un aspecto más viejo del que debiera y una reserva pobre y alterada--, el feto se adapta a esas condiciones adversas y disminuye su talla, pero también su desarrollo cerebral.
Se estudió a 163 niños PEG y comparado su situación con estándares normales y se comprobó que el 22 por ciento de los niños PEG tiene problemas cognitivos que repercuten en su escolaridad. De ellos, en el 10 por ciento de los casos, estos problemas son calificados como muy graves y requieren de educación especial.
De los bebés que nacen con menos peso del apropiado, se estima que entre un 10 y un 15 por ciento no recuperan la talla normal, por lo que es preciso que reciban hormona de crecimiento, un tratamiento efectivo aunque prolongado, y sin efectos secundarios adversos. No obstante, esta hormona permite que los niños alcancen una altura proporcional a su edad pero no evitan sus problemas cognitivos.
Otro de los puntos investigados por los médicos se centró en la teoría de Barker, quien estableció que estos pequeños son candidatos a presentar el síndrome metabólico --un conjunto de situaciones como colesterol alto, triglicéridos, hipertensión y obesidad, entre otras, que predisponen a desarrollar otras enfermedades en la edad adulta--.
Los investigadores aragoneses estudiaron casos de niños de tres a seis años y demostraron que la teoría, confirmada en adultos, no se cumple en esa edad pre escolar. Ahora se investiga a partir de los seis, si bien, según el estudio, ser un niño PEG no implica necesariamente tener problemas coronarios pero si cognitivos.
De hecho, de los 163 niños analizados, sólo el tres por ciento destacarán intelectualmente por encima de la media, además de que presentan déficits de atención y nunca llegarán a alcanzar el potencial que les habría correspondido si hubieran nacido con un peso normal.